La sensación de hambre es un instinto básico que nos motiva a buscar alimentos para garantizar nuestra supervivencia. Muchas veces, cuando estamos siguiendo una dieta para perder peso, nos damos cuenta de que sentimos de forma más habitual ese “gusanillo” que nos impulsa a seguir comiendo o a picotear entre horas , siendo uno de los muchos motivos por los cuales se termina abandonando el plan de pérdida de peso. Para evitarlo, desde ICONICA os vamos a dar unas pautas muy sencillas para que aprendáis a seleccionar aquellos alimentos que aportan una mayor sensación de plenitud.
¿Qué debe contener mi plato para que resulte más saciante?
1) Proteínas y grasas de buena calidad
Estos dos macronutrientes aportan a nuestro organismo una mayor sensación de saciedad debido a que nos cuesta más trabajo digerirlos. Por lo tanto, debemos asegurarnos de que los incluimos en nuestros platos principales. Como ejemplos de proteínas y grasas de buena calidad encontramos carnes y pescados, frutos secos, huevos, lácteos, aceite de oliva virgen, aguacate… El ejemplo de una buena mezcla de ambos nutrientes en un mismo alimento la encontramos, por ejemplo, en los pescados azules.
2) Alimentos ricos en fibra
Todos aquellos alimentos que nos aporten una buena cantidad de fibra favorecen que nos sintamos mucho más saciados por dos motivos: el primero, es que la fibra tiende a expandirse, ocupando un mayor volumen en nuestro estómago en comparación con aquellos alimentos bajos en fibra, lo que favorece que nos saciemos antes. En segundo lugar, la fibra favorece una absorción más lenta de los nutrientes, lo que nos ayuda a mantener nuestra sensación de plenitud durante más tiempo. Son ejemplos de alimentos ricos en fibra: las legumbres, verduras, frutas y cereales integrales.
3) Alimentos enteros
Aquellos platos que contengan alimentos enteros nos van a saciar mucho más que aquellas preparaciones que incluyan alimentos triturados. Esto ocurre porque un alimento entero necesita más tiempo para digerirse además de una buena masticación. Un buen ejemplo de esto lo tenemos en el zumo de naranja, un vaso de zumo puede contener fácilmente 2-3 naranjas y apenas nos sacia, mientras que si las comiésemos enteras nos sentiríamos mucho más satisfechos.
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