Popularmente y de forma extendida, andamos muy confundidos sobre la sexualidad y su significado. No entendemos qué implica pero al mismo tiempo todos parecemos saber mucho sobre la misma, y es que metemos dentro del mismo saco todo un conjunto de elementos relacionados con las “relaciones sexuales”.
Pero, incluso, si nos ponemos más finos, ¿qué entendemos por relaciones sexuales? Porque de nuevo, encontraremos que casi de una forma general, hablar de relaciones sexuales se limita a entender una relación sexual con penetración, obviando todo lo demás y relegando a un segundo plano muchísimas otras conductas.
Al mismo tiempo, vivimos en una sociedad en la que priman ciertos cánones de belleza a los que todos queremos parecernos, donde la juventud es sinónimo de felicidad y en la que, queramos o no, tenemos ciertos modelos de lo que sería ideal y perfecto, ya sea a nivel de pareja, de orientación e incluso de relaciones sexuales… y si no encajamos con lo que se espera, tendemos a pensar que “quizá algo no está bien en mi”.
Pero… ¿qué pasa si os digo que…
Por sexualidad entendemos el modo de vivirnos, expresarnos y relacionarnos con otros.
La sexualidad no implica “acostarse con otros”, sino relacionarnos con los demás en cualquier otro ámbito de nuestra vida.
Todos tendremos una sexualidad diferente y válida en todos y cada uno de nosotros, no existiendo así lo ideal, lo desviado, lo correcto, lo incorrecto, lo moral o lo inmoral. La diversidad es lo que nos hace iguales
, puesto que todos somos diferentes.
La sexualidad es algo que se tiene desde que nacemos hasta que morimos, no existiendo edad de jubilación para la misma.
La sexualidad no pertenece al terreno de lo prohibido, sino de lo íntimo, lo privado.
Por tanto, quizá sería más acertado hablar de la existencia de Sexualidades y no de Sexualidad, pues existirán tantas y tan diferentes como personas existimos, siendo todas y cada una igual de válidas.
Así pues y aun existiendo muchas cosas por hacer, la Sexología trabaja para y por las personas, pues no hay nada mejor que aprender a aceptarnos, expresarnos, vivirnos, manejarnos y relacionarnos con nuestros cuerpos del modo que elijamos y nos haga sentirnos bien.
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