Los frutos secos suelen ser alimentos a evitar por la mayoría de las personas que quieren perder peso debido a su elevada densidad energética. Pero, ¿realmente son los culpables de que no bajemos de peso? La respuesta es NO!
Cuando nos fijamos en las calorías de los alimentos debemos tener en cuenta el origen de estas calorías, para nuestro organismo no todas son iguales, esto es lo que ocurre en el caso de los frutos secos por los siguientes motivos:
- Nuestro organismo no es capaz de asimilar todas las calorías que nos aportan.
- Tienen un elevado poder saciante, el efecto contrario a la mayoría de las harinas refinadas que encontramos en los productos procesados. Esto a la larga ayuda a controlar más el apetito y a no comer en exceso.
Además de no ser los causantes de los problemas de peso, los frutos secos tienen un perfil nutricional muy interesante:
- Buena fuente de proteínas vegetales, grasas buenas, carbohidratos complejos y fibra.
- Buen aporte de minerales como el magnesio, fósforo, selenio y potasio.
- Ricos en antioxidantes .
- En el caso de las nueces además también son una buena fuente de Omega 3.
Todo esto convierte a los frutos secos en alimentos con múltiples beneficios para nuestra salud:
- Menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Mejora los niveles de colesterol sanguíneo.
- Función prebiótica gracias a su aporte de fibra (cuando se consumen con piel).
- Aumenta nuestro aporte de antioxidantes ayudando a combatir el estrés oxidativo.
A la hora de consumirlos, lo ideal es que seleccionemos entre 30-50g de frutos secos sin procesar, naturales y sin sal. De esta forma, es como nuestro organismo aprovecha mejor todos los beneficios y nutrientes que mencionamos anteriormente. Por lo tanto, no tengas miedo a estos alimentos y asegúrate de que el conjunto de tu dieta es saludable y adecuada para conseguir tus objetivos.