En los tiempos que corren es inevitable ver que se le atribuyen a los alimentos propiedades cuasi milagrosas propias de la Virgen de Fátima. Esto constituye una burda estrategia de marketing, con el fin de vender concentrados de determinados componentes de estos alimentos.
En muchos casos estos concentrados no suponen una cantidad significativa respecto a la cantidad que de cada compuesto se puede encontrar en los alimentos (y que suele resultar bastante baja). Además, hay que destacar que los estudios existentes sobre estos componentes no se realizan en humanos, sino en animales o a nivel celular in vitro, con lo que extrapolar los resultados a seres humanos es una osadía.
Un caso palpable de esto lo constituye el Resveratrol (comercializado como Revidox, entre otros), componente antibacteriano (fitoalexina) pero también con una marcada acción contra los radicales libres responsables del envejecimiento celular (antioxidante), estando presente en las uvas y el vino tinto, por ejemplo. Este compuesto abanderó durante mucho tiempo la lucha “antiaging” y, sin embargo, su más férreo defensor, el doctor David Sinclair, había cometido una serie de errores en los controles que exageraron las propiedades beneficiosas de la molécula y que supuso un punto y aparte en el estudio de la misma. Para entonces ya era tarde y las farmacéuticas habían hecho un gran negocio con este antioxidante.
Por eso, mi consejo es siempre consultar con el profesional cualificado, el dietista-nutricionista, ante cualquier nuevo producto “milagroso” que pueda sonar fuerte en el mercado. La única manera de beneficiarse de las cualidades de los múltiples componentes de los productos que ingerimos (fitoestrógenos, polifenoles, antocianinas…) es llevar una dieta equilibrada y variada, intercalando distintos tipos de almentos. Así evitaremos posibles toxicidades asociadas y gozaremos de un mejor estado de salud.
Si quieres saber más acerca del resveratrol, te recomiendo los siguientes enlaces:Fdo: Ricardo Estévez
Nutricionista de ICONICA SPORTS